Dermochelys coriacea
La tortuga laúd es un dermoquélido, ya que pertenece a la familia Dermochelyidae que solo conserva en la actualidad a esta especie, abarcando a ocho géneros como Mesodermochelys y Eosphargis que ya están extintos.
Es la especie de tortuga más grande que se conoce en el mundo y es el cuarto reptil con mayor tamaño después de tres especies de cocodrilo: el cocodrilo de agua salada (Crocodylus porosus), el cocodrilo de Nilo (Crocodylus niloticus) y el cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius).
En Latinoamérica es conocida bajo numerosos nombres comunes, entre los que destacan tortuga cardón, baula, tinglar o canaá o dorso de cuero.
Descripción
Su piel y caparazón son de color negro o gris oscuro y están cubiertos de manchas blancas o rosáceas desde la cabeza hasta las aletas delanteras y traseras. Sus enormes aletas delanteras miden hasta 2.7 metros de longitud en los individuos más grandes.
A diferencia de otras tortugas marinas, no cuenta con un caparazón óseo, rígido y perfectamente diferenciado del resto del cuerpo, sino que está equipada con una cobertura de piel y grasa con siete divisiones pronunciadas.
No cuenta con un caparazón óseo y rígido como las otras tortugas marinas, sino con una cobertura de piel y grasa.
Mide la impresionante cantidad de 1.80 metros a 2.2 metros de longitud total corporal y su peso oscila entre 250 a 700 kilos, aunque se han encontrado ejemplares muy fuera de los rangos habituales, con tres metros de largo y 916 kilos de peso. Sin duda, un animal asombroso y casi imposible de mover.
Se sumerge a 1,280 metros y permanece bajo el agua durante 85 minutos. No cuenta con dientes pero sí con bordes afilados dirigidos hacia atrás y muy similares a espinos que les ayuda a sujetar a sus presas resbalosas con firmeza y arrancar las plantas marinas.
Distribución
Su distribución abarca mares tropicales, subtropicales y subpolares. Son especies migratorias cuyas distancias recorridas varian de acuerdo a la ubicación geográfica. Las especies del Pacífico, por ejemplo, logran realizar trayectos de hasta 9,700 km que abarca desde Indonesia hasta California.
Las aguas de las Bahamas, Barbados, Indonesia, Papua Nueva Guinea, Madagascar o Australia, son solo unos pocos ejemplos de posibles encuentros con tortugas laúd, pero cabe señalar que no son fáciles de avistar, ya que prefieren nadar en el océano abierto, desde la superficie hasta un máximo de 1,300 metros de profundidad. No son animales que gusten transitar por sitios repletos de arrecifes de coral como las tortugas verde o carey.
Alimentación
Son inmunes al veneno de las medusas, y por lo tanto, las consumen en grandes cantidades.
Debido a que estas especies son inmunes al veneno de las medusas, las consumen en grandes cantidades. Esto ayuda a regular las poblaciones de medusa que en algunas regiones se reproducen a un ritmo muy acelerado causando desequilibrios ecológicos. Complementan su dieta con pequeños peces como salpas y crustáceos, cefalópodos, caracoles y erizos de mar.
Comportamiento
Pese a su enorme tamaño que podría superar al de un humano, no son animales agresivos ni de movimientos rápidos con los que puedan atacar. Turistas e investigadores se acercan, tocan y miden a los individuos que se instalan en las playas en temporadas de anidación, siempre colocándose lejos de la mandíbula. En el mar también son muy pacíficas, calmas y solitarias.
Los investigadores señalan que el comportamiento de la laúd se relaciona con la precaución hacia los depredadores, la termorregulación y la distribución de presas.
Reproducción
Una sola hembra se reproduce con varios machos y estos efectúan movimientos de aletas o mordeduras repentinas para determinar su receptividad.
Las hembras de otras especies de tortugas comúnmente regresan a la playa donde nacieron, pero las laúd eligen regularmente otros lugares diferentes. Llegan a las costas arenosas durante la noche y depositan sus huevos cuya cantidad varía de 50 a 170 y los cubren con arena para moderar la temperatura y la humedad. Es la única acción maternal que se muestra por parte de esta y todas las tortugas marinas, ya que una vez nacidas, tienen que sobrevivir por su cuenta.
La temperatura determina el sexo de las crías. Nacerán hembras si el calor dentro de la cavidad es elevado, y por el contrario, se desarrollarán machos si se mantienen temperaturas frescas. Tras 60 o 70 días, los huevos eclosionan y las crías se dirigen inmediatamente hacia el mar.
Se desconoce la expectativa de vida de Dermochelys coriacea. Algunos sugieren que vive más de 30 años, otros más de 50, y el resto estima que bajo excelentes condiciones pueden llegar a vivir 100 años.
Amenazas
Debido al gran tamaño de esta especie, no tiene un número importante de depredadores, pero grandes tiburones y orcas atacan en caso de no encontrar otro tipo de alimento.
Los huevos y crías son consumidos por mapaches, lagartos, cangrejos, aves marinas, perros, etc.
Se estima la existencia de alrededor de 25,000 hembras reproductoras alrededor del mundo.
El hombre
Es una especie catalogada como Vulnerable según la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
› Estado de Conservación: Vulnerable
Las principales razones por la cual la tortuga laúd se encuentra bajo tal estado de conservación, son:
La pesca incidental. Gran número de tortugas son capturadas accidentalmente por trabajadores que realmente buscan otro tipo de fauna marina para comercializar. De igual forma, es muy común que largas redes de pesca se olviden en el mar y provoquen enredos desesperantes en estos reptiles que al desear liberarse, solo forman un mayor y apretado nudo que los obliga a desistir y a morir de forma lenta.
Robo de huevos. En varias partes del mundo se difunde el gran mito de que los huevos de tortuga son afrodisíacos. Su venta es totalmente ilegal, pero se continúa comercializando en los mercados negros.
Pérdida de hábitat y contaminación. Las modificaciones en las playas debido a las construcciones de zonas hoteleras afecta gravemente a las hembras que buscan lugares despejados para anidar.
También la presencia de actividad humana genera grandes cantidades de basura que la mayoría de las veces es mal controlada, provocando problemas para las especies marinas que viven en la zona.
Las bolsas plásticas son un gran problema medioambiental. Una vez que entran en contacto con el agua, se asemejan mucho a las medusas, alimento básico y primordial de las tortugas laúd, quienes las ingieren al confundirlas.
Las laúd están protegidas a nivel internacional bajo convenios, tratados y acuerdos, pero resulta muy complicado protegerlas de la contaminación y la basura producida por turistas, por lo que se requiere de manera urgente, una mejor cultura de cuidado ambiental en cada uno de nosotros.
Fuentes
http://www.iucnredlist.org/details/6494/0
James R. Spotila, Pilar Santidrián Tomillo. The Leatherback Turtle: Biology and Conservation. JHU Press, 2015.
http://animaldiversity.org/accounts/Dermochelys_coriacea/
http://www.environment.gov.au/marine/marine-species/marine-turtles/leatherback
http://www.nmfs.noaa.gov/pr/species/turtles/leatherback.html